Nadie quiere afrontar todo el proceso abrumador de buscar la compensación por un accidente automovilístico. Puede ser tentador no reportar el accidente a su seguro, no involucrar a la policía, y no contratar a un abogado para negociar un acuerdo con la parte responsable – especialmente si el choque parece ser relativamente menor.
Con esta mentalidad, puede ser difícil entender por qué no es una buena idea aceptar el acuerdo por efectivo que le está ofreciendo el otro conductor. Pero desafortunadamente, a veces los que aceptan un acuerdo aprenden – cuando es demasiado tarde – que no les alcanza el efectivo que recibieron para cubrir todos los gastos que resultan del choque, y tienen que producir la diferencia de su propio bolsillo.
Los costos escondidos de un choque
No todos los daños que resultan de un accidente automovilístico son obvios en los primeros minutos después de un choque. Cuando usted siente el impacto, podría salir del auto, asegurarse de que todos los pasajeros estén bien y no necesitan atención médica, revisar el daño al auto, y decidir que no saldrá mucho dinero reparar el auto. Luego, firma un acuerdo renunciando su derecho a presentar una causa contra el otro conductor, acepta el efectivo, y sigue en su camino.
Pero varios días o semanas después, podría empezar a sentir los síntomas del latigazo en el cuello y la espalda. Estos síntomas llevan tiempo en manifestarse, y el dolor aumenta día por día. Además, es posible que su auto haya sufrido daño interno que no se puede ver sin una inspección exhaustiva por un mecánico. Si usted firmó un acuerdo, no podrá buscar la compensación por estos daños médicos o mecánicos retrasados que resultan del choque.
Cuando usted sufre daños financieros como resultado de la negligencia de otro, la cosa más importante es que usted pueda ser compensado por todo el daño que sufre. Pasar por el proceso legal en vez de aceptar un acuerdo por efectivo es la mejor manera de asegurarse de que eso sea una posibilidad para usted.